jueves, 10 de septiembre de 2009

Laberinto de rayos






El viento abofetea mi rostro
la fuerte lluvia se subleva,
en el espacio mueren las brumas,
provocando oscuridad tras los rayos.

El clima provoca una tormenta
que galopa el cielo sin recatos,
su despedida una crisis violenta
en mi alma cansada de su trato.

Rayos de sangre bajan cielo abajo,
como vértigos de furias y recelos
reventando luces en cada tajo
como el puñal que cruzó mi pecho.

Majestuosa y cruel tormenta
inflama mis carnes, mi cuerpo,
mi alma corroe de lástima exenta
como corroen los rayos el cielo.


OASIS

1 comentario:

  1. Le haces bien a mi alma, con solo existir. Te dejo un saludo por cada dia que no he podido verte, deseando que me recibas con las mismas ganas que la ultima vez.
    Te quiero, como se quiere las cosas ciertas.

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