Que duro es verte sufrir, hijo,
cuando entras a tu mundo privado
aun callado y sin queja, adivino
tu dolor tras ese muro aislado.
Ese apretado nudo en tu garganta
tortura mis cautivas entrañas
y como errantes luciérnagas
tus lágrimas corroen mi alma.
Aunque ya eres todo un hombre
tu dolor es mi dolor, tu risa mi risa
estuve y estaré pendiente de donde pisas
mitigando el piquete de las espinas.
Que duro es verte sufrir, hijo
prefiero yo soportar tus penas
pero si no puedo, es mi regocijo
estar a tu lado en las malas y las buenas.
OASIS
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