Ayer caminábamos juntos
bajo el brillo de largos amaneceres
nuestras huellas eran estrellas aladas
cumpliendo un rito de placeres.
Nuestros sueños de brillo unísono
un día se volvieron musgo y piedra
hoy son trizas mutantes en el suelo
cenizas oscuras de luminarias pasadas.
Hoy, mis huellas germinan en zigzag
en extraño e invisible remolino
intangibles de esencia y de memoria
como jirones de recuerdos dañinos.
Mis huellas se arrastran en leve trazo
al ritmo de arenas movedizas
dejando en sus orillas un desfile
de promesas que parecen ajenas.
OASIS
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