Dejaste tu sangre
en la atrevida travesía
que hiciste por la ruta
de mis pétalos inocentes.
Dejaste tu sangre
en las albas puntadas de mis días
y en las claras noches de mi piel
todavía siento el aleteo de tus besos.
En las deshonestas puntadas
que se ahogan en mi olvido
y en ese mar que se recicla
cuando te miro.
Pero tú, llevas mi sangre
en el jardín trasparente de tus sueños
y en el licuado sexo que te queda
la soledad te arrincona y te consuela.
OASIS
Las huellas son lo único que queda cuando se va el amor. Te quedo muy lindo, un beso y un abrazo.
ResponderEliminarDespués del amor queda el recuerdo como una huella indeleble en el horizonte nuevo del mañana.
ResponderEliminarSaludos
Juan Carlos.