
Moldeó mi mundo a su esfera,
y también me cambió por fuera,
le di mi lo mas hermoso de la tierra:
mi cuerpo, mi pureza, mi vida entera.
Al amparo del indómito cielo,
sembró hogueras en mi desierto,
y caí sin reservas en su señuelo,
su corriente trazó mis anhelos,
Luego se alejó como un murmullo,
su desaire marchitó mi ternura,
de la hoguera ni cenizas ni capullos,
y mi alma lloró por su diablura.
Y volvió como vuelven los otoños,
rancios y arrepentidos del dolor,
deshojan de arreboles los retoños,
para recobrar el color del amor.
Y volví a la moldura de sus brazos,
ya mi cuerpo más no podía cambiar,
esta vez no me partirla en pedazos,
me dejaré amar, sin dejarme ahogar.
OASIS
Estimada Oasis...
ResponderEliminarQuiero en primer lugar
dejar plasmada la última estrofa de tu poema:
Y volví a la moldura de sus brazos,
ya mi cuerpo más no podía cambiar,
esta vez no me partirla en pedazos,
me dejaré amar, sin dejarme ahogar.
Y sobre ella comentarte,
aunque más bien recordarte,
lo que tú mima me hiciste concebir y expresar
al final de un Comentario
en el Foro que compartimos:
¡¡Reinventemos constantemente nuestra Alma!!
Un abrazo.
Angel Baña
Siempre hay que dejar el aliento y el corazon hasta el ultimo minuto. Sin tener miedo a recomenzar, porque la vida es un eterno morir y renacer.
ResponderEliminarun beso en el alma.
Me agrada mucho como plasmas en palabras tus sentimientos .Es muy grato leerte. Seré tu SEGUIDORA.
ResponderEliminarTe invito a visitar mi página
http://amalialateano.blogspot.com
Amalia